El fin de semana pasado fuimos a Austin para enseñárselo a Ana, la amiga visitante. Jeje, es que ha sido todo un acontecimiento que alguien quisiera venir a ver Houston... bueno, supongo que lo que quiso es venir a vernos a nosotros, porque Houston tiene poco que ver. El caso es que por eso mismo nos la llevamos a Austin, para que viera lo más raro y carismático de Texas. Esta vez nos quedamos en un hotel algo más lejos del downtown y por eso dependimos un poco más del coche, pero no tuvimos problema para encontrar aparcamiento. Llegamos el viernes un poco tarde y por eso no fuimos de visita hasta el sábado. Dimos varios paseos por la cuidad y comimos en un sitio muy majete al aire libre con un tipo tocando musiquita que podeis ver en la foto. Después un poco de descanso en el hotel antes de volver al ataque con una cenita y un poco de marchuqui nocturna. Los garitos y las bandas de esta visita han sido un poco más... no sabría explicarlo... diferentes... jejeje. Y por último paseito mañanero el domingo por las zonas verdes junto al río. Siempre merece la pena la visita a Austin. ;)
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